6/10/2008

PROPÓSITO DE LA EPISTEMOLOGIA DE LA QUÍMICA


En la actualidad, muchos investigadores enfatizan en la importancia que puede tener una imagen coherente entre las posturas contemporáneas de la filosofía de la ciencia y el desarrollo de la ciencia para que las personas interesadas por esta clase de conocimiento, la comprendan y la vivencien mucho más que como un catalogo de conceptos y de rutinas de resolución de ejercicios de aplicación.

Se ha demostrado una imagen en la que se entienden las ciencias como instituciones “religiosas” poseedoras de un conocimiento “superior”, descubridora y acumuladora de conocimientos “verdaderos” e inmutables, logrados a través de un método infalible y único, puede acarrear consecuencias lamentables tales como el estancamiento o el lento progreso del desarrollo de las ciencias y de la tecnología en la sociedad. Ello debido a que este tipo de tendencias, generalmente impactan en el desarrollo de actitudes negativas hacia las ciencias, siendo muy pocas las personas que se interesan por su estudio y profundización en los niveles de educación superior. En esta imagen distorsionada, se presenta a la ciencia exclusiva para unos pocos privilegiados, cuyos fundamentos, bases, teorías, hipótesis y conclusiones, son elaboradas por una casta de “sacerdotes de bata blanca”, dotados de unas cualidades únicas que le son inaccesibles a las personas del común y a las sociedades poco desarrolladas; de esta manera se generan niveles de alta deserción de estudiantes que pretenden seguir estudios que tengan que ver con las ciencias.

Lo anterior hace que sea responsabilidad de las facultades encargadas de la formación inicial y continuada de profesores de ciencias, contribuir desde la enseñanza de la epistemología de las ciencias y en general unas ciencias bien concebidas, a la desmitificación de estas imágenes distorsionada sobre la actividad científica y más bien propicien actitudes positivas hacia la ciencia y hacia su aprendizaje.

La epistemología entendida como una reflexión multidimencional sobre las ciencias, puede asumirse desde lo social (Kuhn, 1962; Elkana, 1983; Richards, 1987; Lakatos, 1978), o desde lo evolutivo (Toulmin, 1977; Holton, 1983) o desde lo complejo (Morin, 1983; Wagensberg, 1989); o desde la racionalidad moderna (Newton – Smith, 1989; Chalmers, 1989), incluso desde otras posturas. 


Así, la epistemología de la química no constituye una construcción racional aislada, de orden metafísico, sino que forma parte de un entramado de relaciones fluidas con las ciencias, con su enseñanza y con su aprendizaje.